El Sector debe cuidar su valor

El sector no puede seguir absorbiendo indefinidamente los aumentos de precios de sus materias primas e insumos.
El Poder Ejecutivo emitió días atrás el Decreto N° 5562/21 por el cual se oficializa el aumento del salario mínimo en un 4,4%. Dicho decreto entrará en vigor desde el 1 de julio del corriente año.
De acuerdo a los valores comunicados por el Gobierno, el jornal diario subió a 88.051 guaraníes, con lo que el sueldo base fijado asciende a 2.289.324 guaraníes. El aumento representa Gs. 96.485 más al mes respecto al salario mínimo anterior.
Paraguay revisa su salario mínimo en función de las variaciones del Índice de Precios al Consumo (IPC), presentado por el Banco Central del Paraguay, que entre junio de 2020 y mayo de 2021 subió un 3,7 %, porcentaje al que hay que sumar el incremento del año anterior, ya que el Gobierno congeló el salario mínimo durante la pandemia.
Por otra parte, a mediados del mes de mayo pasado, se implementó un aumento de aproximadamente 400 guaraníes por litro para todos los combustibles de los principales emblemas distribuidores. Los voceros de las distribuidoras argumentaron que el reajuste obedece al aumento de la cotización internacional del petróleo, debido a la mayor demanda de los combustibles a nivel global, teniendo en cuenta el repunte de la actividad económica, así como también a la suba del precio del dólar.
Recordemos también que, desde finales del año 2.019 hasta la culminación del 2.020, la principal materia prima del sector, el cemento a granel, tuvo sucesivos aumentos de precios que sumados totalizaron un 13%.
De acuerdo al análisis anterior, los componentes de mayor peso en la estructura de costos del hormigón elaborado han sufrido drásticos aumentos en los meses previos. Por tanto y como sucede naturalmente en cualquier sector de negocios, estos incrementos deberían ser trasladados inmediatamente a los precios para preservar así la salud del sector.
Esto no sucede en la industria del hormigón elaborado. Vemos con asombro que las distintas empresas del sector siguen absorbiendo los aumentos en sus costos sin atinar a trasladarlos al precio del producto final, con lo cual la rentabilidad y el valor del sector siguen en un despeñadero que parece no tener fin.
El énfasis en aumentar participaciones de mercado por un lado, y una industria de la construcción que lastimosamente percibe al producto como un commodity, a pesar de las grandes diferencias de calidad existentes actualmente entre los distintos jugadores, hace que esta situación no tenga visos de solución, utilizando las empresas casi exclusivamente la variable precio para aumentar o sostener sus posiciones de mercado. La curva de precios y de rentabilidad tiene un comportamiento decreciente sostenido ya desde mediados de la década.
Al respecto, el Ing. Enio Quevedo, Presidente de la Cámara Paraguaya de la Industria del Hormigón Elaborado expresó: “Las empresas del sector no pueden seguir destrozando su escasa rentabilidad. No pueden seguir absorbiendo indefinidamente los aumentos en sus costos, sin trasladarlos a los precios, por cuidar sus participaciones de mercado o ganar cuotas, en el caso de las ingresantes”.
Al respecto, prosiguió el Ing. Quevedo diciendo: “Las operaciones diarias de la industria implican siempre elevado riesgo. La cantidad diaria de viajes de mixers cargados con toneladas de hormigón, los desplazamientos de plumas de alto valor y otros aspectos vinculados a la fabricación, transporte y bombeo exigen que el sector tenga una rentabilidad acorde al riesgo y la inversión”.
“En algún momento las empresas del Sector tendrán que subir sus precios” remarcó el Ing. Quevedo. El hormigón elaborado es el componente estructural fundamental, en la actualidad, de la industria de la construcción en el Paraguay. Por tanto, las empresas componentes del sector no pueden seguir desarrollando sus actividades en condiciones precarias de rentabilidad.
Fuente: CAPIHE/PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA